ABSTRACT

“Un día vinieron unos franceses. Todos los niños vimos acercarse un potente Land Rover y corrimos asustados para averiguar qué ocurría. Mi padre decía que sí, que nosotros mismos podíamos verlo, que aquellas personas tenían la piel de color blanco. En el poblado había un gran alboroto. Yo ya había oído hablar muchas veces de los hombres blancos, pero nunca había visto uno. Estuvimos mucho rato mirándolos y diciéndoles cosas, practicando el francés que habíamos aprendido en la escuela. Eran dos, los enviaba una cooperativa de agricultores de algodón y querían ver nuestras cosechas. “Eran un hombre y una mujer” dijo uno de mis compañeros, convencido, cuando se fueron. Nos quedamos boquiabiertos. Todos los demás habíamos visto solo a dos blancos. ¿Cuál de los dos era la mujer?, nos preguntábamos. Oímos que decían “hasta mañana. de manera que nos organizamos para volverlos a ver. Queríamos comprobar lo que decía nuestro amigo. En mi pueblo las mujeres visten largas y alegres faldas, ropas con los colores de las flores y la fruta madura, nunca llevan pantalones ni gorra, se cubren la cabeza con un pañuelo”.